domingo, 21 de julio de 2019


UN 20 DE JULIO DE NO OLVIDAR

Observando la instalación por parte del Presidente de la República, me suscita una reflexión en torno a lo que pudimos ver  todos los colombianos en la transmisión de la televisión, varios aspectos frente a la ética y la moral en un recinto que históricamente representa unos simbolismos para tener en cuenta en las cátedras escolares y universitarias.
Desde niños nos inculcan el respeto por la palabra, ella es el referente de lo que somos y del entorno que vivimos, por ello, cuando alguien habla se le mira a los ojos y se presta atención. Un recinto donde todo el mundo habla, se pone de pie y se distrae con un teléfono; qué evidencia…
La frase por parte de uno de los congresistas “es común que en el Congreso todos hablen y nadie preste atención”,  me dejó muy pensativo: ¿Acaso cuando papá y mamá hablan en familia, los hijos no escuchan y hace cada quien lo que quiere?
En un mundo globalizado por las Redes Sociales y las comunicaciones en general; la intimidad, el respeto y la dignidad por el otro, al parecer, se están viendo ciertamente afectadas; los señalamientos, las denuncias, diatribas y vulgares gestos de manipulación, suelen ser constantes en el nuevo vocabulario digital. Desconocer su uso y su manipulación puede llevar a cometer los errores garrafales en el que cayó el Presidente saliente apodado jocosamente “El Bachiller”, quién no supo manipular un micrófono y de una forma ruin deja entrever su autoritarismo en el poder que ejerce.
“La ignorancia es atrevida” suelen decir los adultos cuando se actúa incoherentemente. No redunda la frase en el recinto del capitolio. Los colombianos que observábamos la transmisión, sólo veíamos tristemente el espectáculo que presentaban nuestros honorables padres de la patria; todo lo que no se debe hacer como persona, estaba siendo visto por millones de colombianos en directo.
En el Leviatán de Thomas Hobbes, se hace mención al monstruo marino que es la política, se dilucida la barbarie y deshumanizada que es. Una enseñanza que nos dejan los anteriores actos, nos acercan a la realidad de nuestros gobernantes y sus propósitos para fortalecer las instituciones y pensar en la democracia como fuente de participación y avance del Estado.
Es tarea de los ciudadanos de bien iniciar una verdadera cruzada con el fin de escoger sus gobernantes y la idoneidad que deben tener en procura de la unión y la prosperidad de todos los colombianos.


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