LOS MAESTROS Y SU
RESPONSABILIDAD SOCIAL
“[…] si los profesores han de educar a los estudiantes para
ser ciudadanos activos y críticos, deberían convertirse ellos mismos en
intelectuales transformativos.”” Henry Giroux (1990)
No
cabe duda que Giroux es un conocedor de su entorno y como buen pedagogo sabe
contextualizar el quehacer educativo. Como estudioso en su momento ha criticado
las políticas económicas por parte de Estados Unidos, el sometimiento de los
países más pobres y el afán del colonialismo e imposición imperialista, le han
valido para ser denotado como un férreo opositor de las tendencias
antidemocráticas del neoliberalismo. Con esa visión no es raro que su pedagogía
crítica apunte a generar aportes hacia lo público, lo cultural y académico.
Cuando
se habla de las características de un excelente maestro, existe una que llama
mucho la atención, es la del profesor responsable socialmente, es decir un
actor social formador de seres democráticos y libres. Bajo esta dimensión es
imposible desconocer las demás características como lo crítico, lo reflexivo,
lo investigador, intelectual y creativo. Porque un profesor que contextualiza
su entorno, valora y siente la educación como la única herramienta que puede
transformar la sociedad.
El
siglo XXI sin duda alguna marcará el auge del capitalismo y las políticas
neoliberales. La globalización y el mercado libre, serán una constante en el
diario vivir. El uso de nuevas tecnologías y la masificación en las
comunicaciones, deben ser un reto para una nueva propuesta educativa de las
naciones. Crear conciencia en los países en vías de desarrollo de acelerar y no
quedarse rezagados frente a la imposición de modelos foráneos, puede ser el
impulsor de inversión de los gobiernos de turno. La educación jugará un papel
importante siempre y cuando los estándares curriculares y el diseño obedezcan a
nuestras necesidades y a la solución de las mismas. Tener una educación aislada
de su entorno puede ser contraproducente y sin objeto alguno, por eso el papel
del profesor es indispensable en el proceso enseñanza – aprendizaje.
Colombia
es un Estado social de derecho y pese a las décadas de violencia que hemos
enfrentado todos los ciudadanos, es muy común ver la muerte como hecho casi
cotidiano de la vida. Son muchas las estrategias y campañas que se han
realizado entorno a la paz y al derecho a vivir tranquilos y felices. Desde la
aprobación de la nueva Constitución Política de 1991, se incorpora una nueva
forma de imponer justicia y renovar todas las políticas, con ello la educación
y la famosa Ley 115, que otorga autonomía y elaboración de los PEI o Proyectos
Educativos Institucionales. Una aventura para modificar modelos anquilosados y
poco fructíferos en el desarrollo del país. Los bajos resultados de
competitividad y el fracaso por así decirlo de la educación frente a las
pruebas Icfes y pruebas internacionales, impulsaron a su modificación. Pero ¿de
qué han servido dichas reformas? Para encontrar culpables de la hecatombe
educativa, los maestros han estado en el ojo del huracán, sus métodos de
enseñanza y una educación tradicional donde se deposita el conocimiento como
formas de almacenamiento y no se desarrolla un sistema de indagación,
investigación y producción literaria, escasos en el quehacer pedagógico.
A
manera de conclusión, se podría afirmar que los maestros han podido jugar un
papel trascendental en el avance del país, pero ello no ha sido posible dado
los factores que enmarcan sus problemáticas y necesidades. Una falta de
reconocimiento por la misma sociedad, los sueldos de miseria, sus bajas
prestaciones sociales, el estrés laboral y la constante presión por parte de
directivos, aúnan el fracaso y el deseo desmotivador de no ejercer la mejor
profesión del mundo, ser maestro.
“Un verdadero maestro se
hace desde la vocación, desde ese interés innato por la formación de mejores
seres humanos que puedan construir una sociedad más justa y encontrar su
verdadera felicidad” (Philippe
Meirieu – Pedagogo Francés)
Meirieu,
P. (2004). Tres momentos y Educabilidad. Cali, Colombia. USC.