domingo, 21 de febrero de 2016

HABLAR Y ESCRIBIR BIEN, UNA DIFÍCIL TAREA


Hace apenas dos días del anuncio del fallecimiento del más grande de los filósofos y semiótico italiano, Humberto Eco, para pensar un poco en la sociedad que ha dejado el gran maestro. Crítico del buen periodismo, de la buena escritura y por supuesto de la buena retórica y dialéctica escasas en nuestro tiempo. Y es que son tantos los pensadores e intelectuales que han dilucidado la pobreza del buen hablar y escribir en nuestros políticos, periodistas y profesionales en el ámbito ya mencionado, que se hace notar con urgencia la necesidad de preocuparnos en el campo de la educación por una buena formación de los futuros académicos. Es muy triste observar, como desde las aulas muchos maestros atropellan el idioma con errores garrafales de pronunciación y hasta mala ortografía cuando necesitan escribir en el tablero, en los diarios de igual manera se cae en la tentación y error idiomático.  Claro está que en una sociedad tan volátil, superficial e inmediata como la nuestra poco cuenta si nuestros políticos o periodistas hablan o escriben mal, eso no está dentro de la agenda cultural, al parecer, lo más importante es el amarillismo y el morbo informativo, no importa cómo se diga. La escuela y la universidad, deberían ser pioneras en redescubrir el amor por el buen hablar y el escribir, volver a los clásicos literarios, a transcribir fragmentos, poemas y cantos tan recordados por quienes hoy sobrepasamos cinco décadas. Es necesario estimular el arte de leer y escribir,  sopena de perder nuestra identidad en el maravilloso realismo mágico de nuestras costumbres.